La influenza y las personas con discapacidades

La influenza estacional (gripe) puede ser particularmente peligrosa para personas con ciertas discapacidades y afecciones —incluidas aquellas que pueden tener problemas con la función muscular, la función pulmonar o dificultad para toser, tragar o eliminar líquidos de las vías respiratorias— que pueden aumentar su riesgo de presentar complicaciones relacionadas con la influenza que podrían requerir hospitalización. Las personas con discapacidades, como quienes tienen movilidad reducida, también podrían tener mayor riesgo de contraer influenza porque no pueden reducir el contacto con otras personas que podrían estar infectadas, como los proveedores de servicios directos, cuidadores y miembros de la familia. Además, algunas personas con discapacidades pueden tener problemas para comprender o practicar medidas preventivas que les permitan evitar infecciones como la influenza, como lavarse las manos o evitar el contacto con personas enfermas, y es posible que no puedan comunicarse o ser lo suficientemente monitoreadas como para saber si están enfermas o tienen síntomas de la enfermedad.

Una discapacidad es cualquier condición del cuerpo o la mente que hace que a la persona le resulte más difícil completar las actividades diarias e interactuar con el mundo que la rodea. Hasta 1 de cada 4 adultos en los Estados Unidos informa tener alguna discapacidad. Existen diferentes tipos de discapacidades, como la cognición, la audición, la movilidad, la visión, el autocuidado y la vida independiente, que pueden afectar el pensamiento, el movimiento, el aprendizaje, la comunicación y la salud mental de una persona.

Una vacuna contra la influenza es la mejor protección contra la enfermedad

En el caso de las personas con discapacidades, vacunarse contra la influenza es la medida más importante para prevenir la influenza y sus complicaciones posiblemente graves. Además, los proveedores de servicios directos, los cuidadores y los miembros de la familia de personas con discapacidades pueden ayudar a proteger a sus seres queridos y a ellos mismos al vacunarse contra la influenza.

Las vacunas contra la influenza se revisan cada año y se actualizan según sea necesario para brindar protección contra los cuatro virus de la influenza que, según las investigaciones, serán los más comunes durante la próxima temporada. Además, la protección de la vacunación disminuye con el tiempo; por consiguiente, la vacunación anual contra la influenza es necesaria para garantizar la mejor protección posible contra esta enfermedad. Las vacunas contra la influenza de esta temporada fueron actualizadas con respecto a las vacunas de la temporada pasada. Hay más información disponible sobre los motivos por los cuales las vacunas contra la influenza son actualizadas todos los años en Selección de virus para vacunas.

La protección que ofrece la vacuna contra la influenza se establece después de unas dos semanas de la vacunación. Además de reducir el riesgo de infección por la influenza, se ha demostrado en varios estudios que la vacunación contra la influenza reduce la gravedad de la enfermedad de las personas que se enferman estando vacunadas.

  • Se ha demostrado que la vacunación contra la influenza reduce el riesgo de presentar complicaciones graves por la influenza, como ser hospitalizado o incluso ser ingresado a una unidad de cuidados intensivos (UCI).

Los CDC recomiendan que todas las personas de 6 meses o más se vacunen cada año contra la influenza estacional, idealmente antes de fines de octubre.

Tipos de vacunas contra la influenza para personas con discapacidades


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Todas las personas de 6 meses de edad o más necesitan una vacuna contra la influenza.

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Hay varias opciones de vacunas contra la influenza y su proveedor de atención médica puede recomendarle la más apropiada para usted. Las personas con ciertas afecciones o discapacidades, como aquellas con el sistema inmunitario debilitado o implantes cocleares, no deben recibir la vacuna contra la influenza en atomizador nasal. Visite esta página sobre el atomizador nasal para obtener más información.

Hay más información acerca de los diferentes tipos de vacunas contra la influenza disponible.

Otras medidas de prevención

Además de vacunarse contra la influenza, las personas con discapacidades deberían tomar las mismas medidas preventivas cotidianas que los CDC recomiendan para todos, como evitar a las personas que están enfermas, cubrirse la boca al toser y lavarse las manos con frecuencia.

Síntomas y tratamiento

Si padece una discapacidad que aumenta su riesgo de presentar complicaciones graves por la influenza y se enferma y tiene síntomas de influenza, debe llamar a su proveedor de atención médica de inmediato. Hay medicamentos antivirales que pueden usarse para tratar la influenza y prevenir complicaciones graves por la influenza. Los CDC recomiendan el tratamiento inmediato de las personas que presentan infección por el virus de la influenza o que se sospecha que están infectadas por el virus de la influenza y tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por la influenza, lo que incluye a muchas personas con discapacidades.

Signos y síntomas:

Los síntomas de la influenza pueden incluir: fiebre, tos, dolor de garganta, moqueo o secreción nasal, dolores corporales, dolores de cabeza, escalofríos y fatiga. Algunas personas también pueden tener vómitos y diarrea, aunque esto es más frecuente en los niños que en los adultos. Las personas pueden estar infectadas por el virus de la influenza y presentar síntomas respiratorios sin fiebre.

Tratamiento:

  • Los medicamentos antivirales contra la influenza son medicamentos que combaten la enfermedad al evitar que los virus de la influenza produzcan más virus en su cuerpo.
  • Los medicamentos antivirales pueden aliviar su enfermedad y hacer que se sienta mejor rápidamente. También pueden evitar problemas serios de salud que puedan ser provocados por la enfermedad de la influenza.
  • El tratamiento con un medicamento antiviral contra la influenza debe iniciarse lo antes posible porque estos medicamentos son más eficaces cuando el tratamiento comienza de inmediato (dentro de las 48 horas de la aparición de los síntomas).
  • Los medicamentos antivirales contra la influenza están disponibles solo con receta de un proveedor de atención médica.
  • Hay cuatro medicamentos antivirales contra la influenza aprobados por la FDA que son recomendados por los CDC para tratar la enfermedad esta temporada.
Signos de advertencia de emergencia de la influenza

Las personas que experimentan estos signos de advertencia deberían recibir atención médica de inmediato.

En los niños

  • Respiración acelerada o problemas para respirar
  • Coloración azulada en los labios o el rostro 
  • Se expande la caja torácica al respirar
  • Dolor de pecho
  • Dolor muscular intenso (el niño se rehusa a caminar)
  • Deshidratación (no orina por 8 horas, tiene la boca seca y al llorar no tiene lágrimas)
  • No está alerta ni interactúa cuando está despierto
  • Convulsiones
  • Fiebre superior a 104 grados Fahrenheit que no puede controlarse con medicamentos para reducir la fiebre
  • En el caso de niños menores de 12 semanas, cualquier cuadro febril
  • Fiebre o tos que mejora pero reincide o empeora
  • Agravamiento de las afecciones crónicas

En los adultos

  • Dificultad para respirar o falta de aire
  • Dolor o presión constante en el pecho o abdomen
  • Mareos persistentes, confusión, dificultad para despertarse
  • Convulsiones
  • No orina
  • Dolor muscular intenso
  • Debilidad o inestabilidad intensa
  • Fiebre o tos que mejora pero reincide o empeora
  • Agravamiento de las afecciones crónicas

 Estas listas no incluyen todo. Consulte a su proveedor de atención médica ante cualquier otro síntoma grave o que le preocupe. 

La mayoría de las personas con influenza se recuperan en tan solo unos pocos días, hasta menos de dos semanas, pero algunas personas pueden sufrir complicaciones (como neumonía) que pueden poner en riesgo su vida y provocarles la muerte. Las infecciones sinusales y del oído son ejemplos de las complicaciones moderadas de la influenza mientras que la neumonía es una complicación grave a causa de la influenza que puede resultar de una infección por el virus de la influenza o una coinfección bacteriana y por el virus de la influenza. Otras posibles complicaciones graves desencadenadas por la influenza pueden ser la inflamación del tejido que rodea el corazón (miocarditis), el tejido cerebral (encefalitis) o el tejido muscular (miositis, rabdomiólisis) y la insuficiencia multiorgánica (p. ej., insuficiencia renal y respiratoria). La influenza también puede agravar ciertos problemas médicos crónicos (por ejemplo, las personas con asma pueden sufrir ataques de asma mientras tienen influenza).

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