Protéjase de la influenza: personas encargadas de los cuidados de bebés y niños pequeños

Madre y padre con un bebé

Los niños menores de 5 años, especialmente los que tienen menos de 2 años de edad, tienen mayor riesgo de presentar complicaciones graves por la influenza. Los CDC calculan que desde el 2010 hasta el 2020, las hospitalizaciones por influenza en niños menores de 5 años oscilaron entre 6 000 y 27 000 por año en los Estados Unidos. Muchos más deben consultar a un médico o recurrir a un centro de atención de urgencias o sala de emergencia por la influenza.

Las complicaciones de la influenza en niños incluyen:

  • neumonía (una enfermedad en la que los pulmones se infectan e inflaman),
  • deshidratación (cuando el cuerpo de un niño pierde demasiada agua y sales, a menudo porque la pérdida de líquido es superior a la ingesta de agua), 
  • agravamiento de los problemas médicos a largo plazo como enfermedades cardiacas o asma, 
  • disfunsión cerebral,
  • problemas en los senos nasales o infecciones del oído.

En muy pocos casos, las complicaciones por influenza pueden causar la muerte.

Niños menores de 6 meses con mayor riesgo

Los niños menores de 6 meses corren mayor riesgo de ser hospitalizados a causa de la influenza en comparación con niños de otras edades, pero son demasiado pequeños para vacunarse contra la influenza. Debido a que las vacunas contra la influenza no están aprobadas para ser utilizadas en niños menores de 6 meses, es especialmente importante protegerlos de la influenza.

Consejos para cuidadores de niños menores de 5 años sobre cómo combatir la influenza

  1.  No deje pasar el tiempo para vacunarse
    • La vacuna anual contra la influenza es la opción principal y la mejor manera de protegerse.
    • Se ha demostrado que la vacuna contra la influenza reduce el riesgo de influenza, hospitalización e incluso el riesgo de muerte en niños.
    • Si el niño al que cuida tiene 6 meses o más, debería recibir la vacuna contra la influenza todos los años.
    • Como cuidador de un niño pequeño, usted debería vacunarse contra la influenza y asegurarse de que las demás personas encargadas de los cuidados y todos los miembros de la familia a partir de los 6 meses en adelante también se vacunen todos los años. Al vacunarse, disminuirán las probabilidades de contraer la influenza y, por lo tanto, de contagiar al niño.
  2. Tome las acciones de prevención diarias
    • Manténgase alejado de personas enfermas lo más que pueda y haga lo mismo con el niño bajo su cuidado.
    • Si tiene los síntomas de la influenza, evite estar en contacto con otras personas siempre que sea posible, incluido el niño bajo su cuidado. Considere la opción de recurrir a otra persona para que se encargue de los cuidados de su hijo para evitar contagiarlo.
    • Cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar, bote el pañuelo después de usarlo y lávese las manos. El uso de mascarillas es una estrategia adicional que puede implementarse para reducir la propagación de virus respiratorios.
    • Lave sus manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente después de estornudar o toser. En caso de no tener agua cerca, utilice un limpiador de manos a base de alcohol.
    • Trate de no tocarse los ojos, la nariz o la boca. Los gérmenes suelen diseminarse de esta forma.
    • Limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia, especialmente si una persona está enferma, puede ayudar a reducir la propagación de virus respiratorios.
    • Puede mejorar la calidad del aire al dejar entrar aire fresco del exterior, purificar el aire interior o realizar reuniones al aire libre.
  3. Tome medicamentos antivirales para tratar la influenza si su médico se los receta
    • Los medicamentos antivirales están disponibles para tratar la influenza en niños y adultos.
    • Los medicamentos antivirales pueden hacer que la enfermedad sea más leve y dure menos. También pueden prevenir complicaciones graves por la influenza.
    • Los medicamentos antivirales son distintos de los antibióticos utilizados para tratar las infecciones bacterianas. Son medicamentos recetados (pastillas, líquidos o polvos de inhalación) que permiten tratar la influenza.
    • Los medicamentos antivirales son más eficaces cuando se comienza el tratamiento dentro de los 2 días después de contraer influenza, pero empezar a tomarlos más tarde puede ser útil, especialmente si la persona enferma tiene un caso grave de influenza o mayor riesgo de presentar complicaciones graves a causa de la influenza. Siga las indicaciones del médico sobre cómo tomar estos medicamentos o cómo dárselos a otra persona.
    • El tratamiento con medicamentos antivirales de las personas con influenza grave o con mayor riesgo de presentar complicaciones a causa de la influenza puede suponer la diferencia entre sufrir una enfermedad más leve o una muy grave que podría derivar en una hospitalización.
    • Los CDC recomiendan que las personas con mayor riesgo de presentar complicaciones graves a causa de la influenza, incluidos los niños pequeños, reciban tratamiento con medicamentos antivirales lo antes posibles si contraen influenza.
      • Aunque todos los niños menores de 5 años se consideran población de mayor riesgo de presentar complicaciones a causa de la influenza, el riesgo más alto es para los niños menores de 2 años, y las tasas de hospitalizaciones y muertes son más altas entre los bebés de menos de 6 meses de edad.

Consejos para personas con influenza que se encargan del cuidado de niños menores de 5 años

La influenza puede causar fiebre, tos, dolor de garganta, goteo o secreción nasal, dolores en el cuerpo, dolores de cabeza, escalofríos y fatiga.  Los niños pequeños también pueden tener vómitos o diarrea entre los síntomas de la influenza. Cabe destacar que algunas personas con influenza no tienen fiebre. Si vive o está a cargo del cuidado de un niño pequeño y usted tiene los síntomas de la influenza, siga las precauciones a continuación para ayudar a evitar propagar la enfermedad y contagiar al niño o a los niños que se encuentran bajo su cuidado.

  1. Recuerde Propagación de la influenza
    • Se cree que los virus de la influenza se propagan principalmente a través de las gotitas respiratorias que las personas producen al toser, estornudar o hablar. Estas gotitas pueden caer en la boca o en la nariz de las personas que se encuentran cerca. Las personas con influenza pueden contagiar a las personas que se encuentren cerca. Siendo algo poco frecuente, una persona puede llegar a contraer la influenza si toca una superficie o un objeto contaminado con el virus de la influenza y luego se toca la boca o la nariz o incluso los ojos.
  2. Tome estas medidas
    • Llame a un profesional de la salud si tiene los síntomas de la influenza; el profesional le recetará medicamentos antivirales contra la influenza, teniendo en cuenta factores como su edad y estado de salud en general y la edad del pequeño y estado de salud.
    • Intente reducir al mínimo el contacto con el niño bajo su cuidado tanto como sea posible, especialmente si el niño a su cargo es menor de 2 años o es mayor pero padece una afección crónica. Ellos son muy vulnerables a la influenza.
    • Cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo desechable al toser o estornudar y arroje su pañuelo usado en un cesto de basura y luego lávese las manos. El uso de mascarillas es una estrategia adicional que puede implementarse para reducir la propagación de virus respiratorios.
    • Antes de comenzar a hacer alguna actividad cerca del niño bajo su cuidado (como alimentarlo, cambiarlo, mecerlo o leerle), lávese y séquese perfectamente las manos. Obtenga más información acerca de cómo prevenir la propagación de la influenza estacional.
    • Limpiar regularmente las superficies que se tocan con frecuencia, como mesones, barandas y manijas de las puertas, puede prevenir la propagación de virus respiratorios.
    • Puede mejorar la calidad del aire al aumentar la circulación, purificar el aire u optar por reunirse al aire libre. Esto puede ayudar a reducir la cantidad de virus a la que está expuesto.
  3. Preste atención si su hijo se enferma también
    • Observe al niño o a los niños bajo su cuidado para detectar signos y síntomas de alguna enfermedad respiratoria. Si su hijo tiene fiebre* (o se siente afiebrado con escalofríos), tos, dolor de garganta, secreción o congestión nasal, dolores musculares o corporales, dolores de cabeza, fatiga o vómitos y/o diarrea, contacte al proveedor de atención médica de su hijo.
    • Los medicamentos antivirales contra la influenza pueden usarse para tratar la influenza y están aprobados para ser utilizados en niños. Estos medicamentos son más efectivos cuando se inicia el tratamiento antiviral lo antes posible apenas aparece la enfermedad, de modo que es importante contactar al proveedor de atención médica de su hijo cuando comienzan a manifestarse los síntomas de la influenza.
    • Si su hijo manifiesta alguna de las señales de advertencia de emergencia de influenza, consulte a un médico de inmediato.

Pie de página

* Muchas autoridades establecen un límite de 100 °F (37.8 grados Celcius) o 100.4 °F (38 grados Celsius) como indicador de fiebre, pero este valor puede variar según ciertos factores como el método de medición y la edad de la persona

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